El sábado pasado millones de personas en todo el mundo siguieron la transmisión en vivo del lanzamiento del Dragon Endeavour. Un momento histórico ya que, gracias a la colaboración de la NASA y Space X, Bob Behnken y Doug Hurley se convirtieron en los primeros astronautas lanzados al espacio en un cohete privado y los primeros en pilotar una nave espacial usando solo controles táctiles.
Cuando todos observamos con emoción a Bob y a Doug, los protagonistas de esta misión inspiradora, en el momento en que alcanzaron la gravedad cero pudimos ver como el “indicador de cero g” hizo su aparición y se robó la atención del mundo. Este indicador de súper alta tecnología, como lo llamó sarcásticamente Elon Musk, es un dinosaurio de peluche cubierto en lentejuelas.
La historia del Apatosaurio llamado Tremor, es que ambos astronautas, Behnken y Hurley, tienen hijos que son apasionados de los dinosaurios. Antes del vuelo, les pidieron a sus hijos que juntaran todos sus juguetes y seleccionan uno para que los acompañara en la misión.
Hace unos meses escribí un articulo sobre el “product placement” que Netflix hace recurrentemente, relacionado a ese tema viene la lección inesperada de marketing que nos dejó el lanzamiento del Space X Dragon Endeavour. La forma en que consumimos contenido actualmente ha puesto un reto muy importante ante las marcas que buscan posicionar y viralizar sus productos, dado que la atención de las audiencias esta tan fragmentada, muchas marcas han buscado hacer “product placements” en series o eventos televisivos que por el tamaño de su audiencia son considerados como fenómenos de la cultura popular. Algunas marcas lo han conseguido exitosamente y existen otras que involuntariamente realizan “product placements” que se vuelve virales por un error en la edición y un descuido de la producción, el ultimo caso realmente viral fue el del vaso de Starbucks en un capitulo de Game of Thrones.
La aparición de Tremor el Apatosaurio desencadenó una búsqueda frenética en internet para conseguir el juguete, en Ebay aparecieron subastas de hasta mil dólares y en la página del fabricante después de dos minutos se informó que estaba agotado. ¿Pero, porque paso esto? ¿Qué fue diferente en este placement involuntario a lo que las marcas con presupuestos inmensos han intentado hacer sin estos resultados? Lo atribuyo a tres factores:
1. La viralidad del evento: se calcula que por lo menos 10 millones de personas vieron en vivo el evento, como punto de comparación esa fue la audiencia estimada del ultimo capitulo de Breaking Bad.
2. El protagonismo del producto: uno de los errores que realizan las marcas cuando hacen “product placement” es forzar la inclusión del producto cuando este no aporta nada a la historia, trama o escena. En este caso el dinosaurio cumplía con la función de indicar visualmente cuando no había fuerza de gravedad.
3. La afinidad de la audiencia con el producto: sin pena de por medio me declaro un super ñoño, fan de los dinosaurios y fan de los viajes al espacio. Se que como yo hay muchas personas que durante su vida han desarrollado el gusto por temas científicos y porqué no decirlo, por películas de ciencia ficción, en esta relación de gustos se puede entender la afinidad de la audiencia al producto.
Este evento puede quedar como una lección para las marcas que consideren hacer “producto placements” en el futuro, siempre que su producto sea el héroe o protagonista en un programa y este se afín a las audiencias podrán esperar que su inversión se capitalice rápidamente. Espero que este artículo les haya aportado algo y quedo atento a sus comentarios, saludos!