Una característica fundamental de un buen líder es la persuasión, pero la persuasión y la manipulación están estrechamente relacionadas, una es considerada como una habilidad deseable y la otra se considera vil. Están tan estrechamente relacionadas porque ambas buscan conseguir lo mismo: lograr que las personas hagan lo que tú quieres que hagan porque ellas piensan que quieren hacerlo.
Tanto los líderes como los manipuladores usan muchas de las mismas técnicas. Ambos construyen relaciones, capitalizan los egos de otros, aprovechan los talentos de los demás, así como sus fortalezas y debilidades, establecen agendas personales y objetivos para lograr un resultado deseado.
Si bien hay muchas similitudes entre los líderes y los manipuladores, hay una diferencia fundamental: Los manipuladores están tratando de hacer que las personas hagan cosas que los beneficien, mientras que los líderes están tratando de hacer que las personas hagan cosas que beneficiará al equipo y buscan que el equipo beneficie y haga crecer a sus miembros. Un verdadero líder se coloca al final de la lista de prioridades ya que el bien de la misión y el bien del equipo superan cualquier preocupación personal que tenga por sí mismo.
Extracto del libro «Leadership Strategy and Tactics» de Jocko Willink.