Creo que lo primero que debemos de decir es que para llegar a ser un atleta de alto rendimiento, capaz de competir en los Juegos Olímpicos, es necesario combinar una predisposición genética, una voluntad inquebrantable y miles de horas de dedicación. Sin embargo, en la actualidad, la tecnología, la información disponible y la globalización han hecho que ser deportista parezca más accesible que nunca.
Uno de los enfoques principales de las ciencias del comportamiento ha sido entender cómo hacer que un comportamiento ocurra, identificando barreras y elementos clave que podemos manipular para facilitar su adopción. Al hacer un análisis desde esta perspectiva, podemos empezar a responder si, en la actualidad, es realmente más fácil convertirse en deportista, considerando factores como la reducción de la fricción, la fluidez y el feedback en la experiencia deportiva.
Acceso a Información y Reducción de Fricción
En la era digital, uno de los cambios más transformadores ha sido el acceso masivo a información. Hoy en día, técnicas de entrenamiento, consejos nutricionales y estrategias deportivas están disponibles para cualquiera con una conexión a internet. Plataformas como YouTube, Instagram y blogs especializados ofrecen tutoriales que antes solo estaban al alcance de atletas de élite con acceso exclusivo a entrenadores y recursos especializados.
Este acceso ha reducido considerablemente la fricción, eliminando las barreras que antes existían para quienes deseaban iniciarse en un deporte. Ahora, cualquier persona puede comenzar su carrera deportiva con una amplia base de conocimientos, disponible en múltiples formatos y perspectivas de diversos creadores y entrenadores. Sin embargo, este acceso ilimitado presenta un nuevo reto: la sobrecarga de información y la capacidad de discernir qué contenidos son realmente valiosos.
El Papel del Feedback y la Mejora Continua
El feedback es crucial en cualquier actividad, ya que proporciona la información necesaria para ajustar y mejorar nuestras acciones. Sin una retroalimentación adecuada, corremos el riesgo de perpetuar errores y limitarnos en nuestra capacidad de crecimiento. Esto aplica tanto en el deporte como en cualquier otra área de la vida, como el trabajo, la educación o incluso las relaciones personales. La falta de feedback crea un desafío significativo, ya que sin él, es difícil identificar áreas de mejora y alcanzar nuestro máximo potencial.
En el contexto deportivo, la tecnología moderna ha revolucionado la forma en que los deportistas reciben feedback, permitiendo una mejora continua. Plataformas en línea no solo brindan acceso a información, sino también a comunidades globales de apoyo y entrenadores de élite. Los deportistas pueden recibir asesoramiento y retroalimentación de expertos de todo el mundo, sin importar las barreras geográficas. Herramientas como dispositivos portátiles, aplicaciones de seguimiento y análisis de video permiten obtener datos precisos sobre el rendimiento, facilitando ajustes rápidos y efectivos en las técnicas y estrategias.
Sin embargo, es fundamental recordar que la interacción física con entrenadores y comunidades locales sigue siendo clave. La supervisión directa, el ajuste inmediato de técnicas y la motivación cara a cara son aspectos que la tecnología no puede reemplazar completamente. Por lo tanto, la tecnología y las herramientas en línea deben verse como complementos que amplían y mejoran la experiencia deportiva, en lugar de sustitutos de las interacciones físicas.
Acceso a Equipamiento y Fluidez en el Proceso de Compra
La globalización y el auge del comercio electrónico han revolucionado la adquisición de equipamiento deportivo. Hoy en día, es posible comprar productos de alta calidad desde cualquier parte del mundo y recibirlos directamente en casa. Esta fluidez en el proceso de compra no solo facilita el acceso a los mejores equipos, sino que también nivela el campo de juego, permitiendo que más personas tengan acceso al equipamiento necesario para practicar cualquier deporte a diferentes niveles.
En el pasado, la tecnología y el acceso al equipo deportivo marcaban una gran diferencia. Muchos atletas debían viajar grandes distancias para adquirir el equipamiento que les diera una ventaja competitiva, mientras que otros se veían obligados a conformarse con equipo usado o de generaciones anteriores debido a la falta de disponibilidad. Sin duda, a medida que se eleva el nivel de competencia, cualquier ventaja obtenida a través de mejor equipamiento puede incrementar significativamente las posibilidades de éxito.
Sin embargo, esta facilidad de adquisición viene con un nuevo desafío: la rápida innovación y actualización de productos por parte de las marcas. Cada año, se lanzan nuevas líneas de productos, lo que genera un «FOMO» (Fear of Missing Out) por no poseer lo más reciente. Esto plantea un reto económico, ya que no siempre es viable para los deportistas adquirir el equipo más nuevo constantemente. Así, aunque la accesibilidad ha mejorado, el costo de mantenerse al día con las últimas innovaciones puede convertirse en una barrera, creando una tensión entre la necesidad de estar equipado con lo mejor y la realidad económica de poder permitírselo.
Respondiendo a nuestra pregunta inicial ¿Es Más Fácil Ser Deportista Hoy en Día?
La tecnología y la globalización han abierto puertas que hacen que ser deportista parezca más accesible que nunca. El fácil acceso a la información, equipamiento y feedback ha simplificado la entrada al mundo del deporte, permitiendo que más personas se inicien y mejoren en su práctica. Sin embargo, estos avances también presentan nuevos desafíos, como la sobrecarga de información y la presión de las redes sociales.
Entonces, ¿es más fácil ser deportista hoy en día? Desde mi punto de vista: Sí, pero con matices. Si bien las herramientas modernas facilitan la iniciación y el progreso en el deporte, es crucial que los deportistas encuentren un equilibrio saludable entre el uso de la tecnología y el desarrollo personal. Al comprender y aplicar principios de las ciencias del comportamiento, cualquiera puede beneficiarse de estos recursos para construir hábitos deportivos efectivos y sostenibles.
En última instancia, la clave radica en utilizar inteligentemente las herramientas disponibles, sin perder de vista la importancia de las interacciones físicas y el crecimiento personal, para alcanzar tus metas deportivas en este nuevo entorno lleno de oportunidades y desafíos.
Manual para Mortales que Queremos Hacer Deportes: Consejos de las Ciencias del Comportamiento
Incorporar el deporte en nuestra rutina diaria puede parecer un desafío, pero entender cómo se forman los hábitos puede hacerlo más sencillo. Te comparto un manual basado en principios de ciencias del comportamiento para ayudarte a comenzar y mantener el habito de hacer ejercicio o practicar un deporte.
- Elige un Deporte que Disfrutes: Opta por una actividad física que realmente te guste. La clave para convertir el deporte en un hábito es disfrutarlo. Cuanto más placentero sea, más fácil será mantener la rutina.
- Facilita el Inicio del Hábito: Crea un entorno que favorezca la práctica del deporte. Coloca tu equipo en un lugar visible y accesible, como dejar los tenis junto a la puerta. Reducir la fricción entre tú y la actividad aumenta la probabilidad de que la inicies.
- Controla las Señales y Deseos: Identifica y potencia las señales que te motivan a empezar, como un aroma que te inspire o un lugar específico. Clarificar tus objetivos y visualizar los beneficios que quieres obtener fortalece el deseo de practicar.
- Encuentra un Compañero o Competencia: Un compañero de entrenamiento o un desafío amistoso pueden ser claves para mantener la motivación. Las redes sociales y aplicaciones ofrecen plataformas ideales para establecer estos vínculos y competir de manera saludable.
- Recompensa y Reconocimiento: Recompensa tus esfuerzos después de cada sesión. Reflexiona sobre los beneficios obtenidos o busca el reconocimiento de otros para reforzar tu comportamiento y convertirlo en un hábito estable.
- Hazlo Progresivo y Sostenible: Comprométete a seguir la rutina durante al menos cuatro semanas. La repetición es clave para establecer un hábito duradero. Asegúrate de mantener expectativas realistas para evitar el agotamiento y el abandono.
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