Un «Black swan event» es un evento inesperado y raro que tiene consecuencias graves y generalizadas que a menudo se sienten mucho después de que ocurre el evento. Esta metáfora se originó a partir de la creencia de que todos los cisnes eran blancos y se consideraba imposible encontrar un cisne negro. Sin embargo, en 1697, el explorador holandés Willem Von Vlamingh descubrió cisnes negros en Australia, lo que desafió la creencia existente de los cisnes blancos y abrió nuevas posibilidades.Los «Black Swan Events» son difíciles de predecir porque suceden fuera del entendimiento clásico que tenemos de las cosas y afectan la economía, los mercados financieros, los sistemas sociales, políticos, lo que lleva a cambios de paradigma y nuevas oportunidades.
Hay dos cosas importantes que tenemos que entender sobre este concepto, la primera es que todo el tiempo estamos expuestos a eventos aleatorios que pueden desestabilizar nuestros planes y de los cuales no tenemos ningún control. La segunda es que los «Black Swan Events» aunque inesperados y raros, si hacemos un ejercicio de observación, entendimiento y prevención los podemos tener en la mira, para que si llegarán a suceder no nos sorprendan sin un plan de contingencia.
Los New York Jets, ansiosos por cambiar su suerte y llegar al Super Bowl, tomaron la audaz decisión de fichar a Aaron Rodgers, uno de los mejores quarterbacks en el fútbol americano, ofreciéndole un contrato de 150 millones de dólares por tres años. Sin embargo, en su debut con los Jets, Rodgers sufrió una lesión en el tendón de Aquiles que puso fin a su temporada.
Aunque la lesión de Rodgers no puede ser considerada un «cisne negro» en el sentido estricto, ya que las lesiones son un riesgo inherente en el deporte, este incidente ilustra cómo en la toma de decisiones, nuestra mente tiene diferentes sesgos que no nos permiten ir más allá de información que confirme nuestras creencias y expectativas, lo que resulta en que las apuestas «seguras» que realizamos terminen dando un giro inesperado.
Empresas y organizaciones pueden aprender de esta situación. Al igual que los Jets invirtieron fuertemente en Rodgers, las empresas a menudo toman decisiones basadas en datos y análisis, pero estos análisis solo confirman lo que piensan o lo que pueden ver, dejando de lado factores imprevistos que están fuera del foco de los tomadores de decisiones. Pero, como nos demuestra la experiencia con Rodgers, incluso las decisiones sólidas pueden ser afectadas por factores imprevistos.
Las empresas deben adoptar una mentalidad de gestión de riesgos, considerando no solo los posibles resultados positivos, sino también los escenarios negativos y cómo podrían afectar sus operaciones. Aunque no podemos prever todos los «cisnes negros», podemos tomar decisiones más informadas y prepararnos para lo inesperado. La gestión de riesgos y la planificación de contingencias son herramientas vitales en un mundo donde incluso las apuestas más seguras pueden resultar en sorpresas desagradables.
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