¿Qué es la precastinación?

Existe un fenómeno psicológico que está captando mucha atención: la precrastinación. A diferencia de la procrastinación, donde posponemos nuestras responsabilidades, la precrastinación conduce al comportamiento casi compulsivo de estar ocupado y resolver tareas lo antes posible. A primera vista, esto podría parecer beneficioso para la productividad, pero hay dos efectos en nuestro cerebro 🧠 que debemos considerar.

Uno es el sesgo mental conocido como el principio de aversión a la inactividad, que sugiere que las personas se sienten más felices cuando están ocupadas, incluso cuando son obligadas a estar ocupadas. Aquellos más susceptibles a este sesgo no necesariamente son más responsables o eficientes. En realidad, pueden buscar cualquier actividad que puedan terminar rápidamente para obtener una descarga de dopamina. Por ejemplo, quizás prefieras involucrarte en muchas tareas menores que te proporcionan satisfacción al completarlas, en lugar de abordar lo que realmente necesitas hacer.

La segunda consideración acerca de la precrastinación es que muchas tareas implican obligaciones y responsabilidades compartidas. Por lo tanto, aunque las resolvamos rápidamente, para otras personas estas actividades pueden no ser prioritarias. Si no alcanzamos un acuerdo sobre plazos y prioridades, empezamos a dañar la relación con los demás por nuestra falta de empatía. Debemos ser conscientes de que, por más que queramos acelerar ciertos procesos, hay riesgos al intentar forzarlos más allá de su ritmo natural. Esto es tan relevante que Warren Buffett lo ilustra con una analogía, diciendo que en la vida hay cosas que toman tiempo y no todo puede ser acelerado, tal como nueve mujeres no pueden hacer un bebé en un mes