Antes o después de una elección, los ánimos se calientan y la polarización se hace notar. Aunque el discurso posterior siempre llama a una reconciliación entre las partes, debemos entender que existen mecanismos evolutivos y muy antiguos en nuestro cerebro que no están muy de acuerdo con la unidad y la convivencia pacífica. ¿Pero qué función tenían antiguamente estos mecanismos? ¿Qué problemas ocasionan actualmente? ¿Y qué debemos entender sobre nuestro cerebro para tener una visión diferente respecto a las personas que tienen una opinión distinta a la nuestra?
Atajos Cerebrales: Las Heurísticas
Nuestro cerebro utiliza atajos para establecer sus preferencias, estos atajos son conocidos como heurísticas, y los podemos considerar como reglas de decisión que especifican una relación estrecha entre la información disponible y la decisión preferida. Respecto a las preferencias políticas, por más complejas que parezcan, nuestro cerebro también utiliza estos atajos de tal forma que pueda hacer juicios casi automáticos, simplificando la toma de decisiones al reducir la cantidad de información que se necesita procesar. Las heurísticas políticas permiten a los ciudadanos formarse opiniones políticas incluso en ausencia de un conocimiento político profundo.
Las Heurísticas en la Política
Es importante entender que las heurísticas políticas, como otros atajos de decisión, son respuestas biológicas que tienen que ver más con las conexiones neurológicas de nuestro cerebro que con la socialización o educación. Aquí hay dos ejemplos de estas heurísticas:
Heurística de Merecimiento
La heurística de merecimiento se refiere a una regla de juicio que las personas utilizan para determinar si los beneficiarios de programas sociales merecen recibir ayuda. Esta heurística simplifica la decisión al centrar la atención en la percepción del esfuerzo y la responsabilidad del destinatario. En otras palabras, las personas tienden a apoyar programas de bienestar para aquellos que consideran víctimas de mala suerte (por ejemplo, accidentes o enfermedades) y a oponerse a la ayuda para aquellos que perciben como responsables de su propia situación negativa (por ejemplo, por pereza).
Heurística del Partido
La heurística del partido es una regla de juicio que las personas utilizan para tomar decisiones políticas basadas en la posición de su partido político preferido. Esta heurística permite a los ciudadanos simplificar la complejidad de las decisiones políticas siguiendo automáticamente la línea del partido sin necesidad de entender completamente los detalles de cada política.
Orígenes Evolutivos y Problemas Modernos
Aunque estas heurísticas pueden llevarnos a errores en el contexto político moderno, su función original era optimizar la toma de decisiones en entornos sociales pequeños y altamente interdependientes. En esos contextos, la capacidad de evaluar rápidamente quién merecía ayuda y seguir a líderes confiables era una respuesta adaptativa, mejorando la cooperación y la supervivencia del grupo.
Evaluación de Reciprocidad
Antiguamente, en grupos de cazadores y recolectores, compartir recursos como alimentos era esencial para la supervivencia. La heurística de merecimiento permitía a los individuos evaluar si los otros miembros del grupo eran reciprocadores confiables. Aquellos percibidos como merecedores de ayuda (es decir, que no eran «perezosos» y se esforzaban) eran más propensos a recibir recursos, fortaleciendo las redes de apoyo mutuo.
Evitar la Explotación
Detectar a los «tramposos» o a aquellos que se aprovechan del sistema sin contribuir era vital. La heurística ayudaba a evitar la explotación de recursos compartidos, asegurando que solo aquellos que probablemente devolverían el favor recibieran ayuda.
Heurísticas en la Sociedad Actual
Aunque ya no estamos cazando mamuts, las heurísticas políticas han persistido a lo largo del tiempo y los mecanismos para formar grupos y coaliciones siguen presentes en nuestro software cerebral. Por ello, sería ingenuo pensar que expresar ciertas ideas o preferencias políticas no influye en la percepción que los demás tienen de nosotros. Más allá del llamado a la tolerancia y la reconciliación, identificar a otros como pertenecientes a “otro grupo” impacta la percepción de su competencia en áreas no relacionadas con la política.
Un estudio reciente titulado «Epistemic spillovers: Learning others’ political views reduces the ability to assess and use their expertise in nonpolitical domains» de Tali Sharot, Cass R. Sunstein y sus colegas, demuestra cómo las convicciones políticas pueden influir en la percepción de la competencia en áreas no políticas. El estudio resalta que las personas tienden a preferir escuchar a quienes comparten sus puntos de vista políticos, incluso en temas ajenos a la política, como negocios o entretenimiento. Esto ocurre a pesar de que aquellos con mayor experiencia en el tema, pero con diferentes puntos de vista políticos, puedan ser más precisos en sus juicios. El sesgo conocido como de competencia percibida hace que veamos a quienes comparten nuestras opiniones políticas como más competentes en tareas no relacionadas con la política, lo que lleva a las personas a buscar y usar información de aquellos con opiniones similares.
Una Reflexión Final
En la sociedad actual, las heurísticas políticas dejaron de ser mecanismos que garantizan nuestra supervivencia y se convirtieron en el vehículo que facilitan la difusión de noticias falsas y perpetúan el tribalismo político, provocando errores sistemáticos en la evaluación de la competencia de los demás. Estos hallazgos nos invitan a reflexionar sobre cómo nuestras convicciones políticas afectan nuestra capacidad de juzgar objetivamente y subrayan la importancia de reconocer estos sesgos para avanzar hacia una sociedad más comprensiva y menos dividida. Comprender estas implicaciones nos permite mitigar los efectos negativos de las heurísticas políticas y fomentar una mayor tolerancia y cooperación en nuestras interacciones diarias, algo que, dadas las circunstancias actuales, necesitamos con urgencia.
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