La Neurociencia de las emociones
Por Guillermo Ponce Sabido
Por Guillermo Ponce Sabido
Entender qué son las emociones y cómo funcionan es crucial para el éxito en los negocios. Tradicionalmente, se habla mucho de emociones en el ámbito de la mercadotecnia, destacando su papel en la toma de decisiones de los consumidores y su importancia para la publicidad. Además, a menudo se dice que la inteligencia artificial no puede imitar las emociones humanas, lo que subraya su complejidad y valor distintivo. Sin embargo, ¿realmente comprendemos que son las emociones?
Aprovechando el estreno de la película “Inside Out 2”, que está generando mucho interés sobre el tema, en este artículo exploraremos la teoría construccionista de las emociones. Esta teoría desafía la visión clásica y ofrece una perspectiva basada en evidencia científica, utilizando los conocimientos más recientes proporcionados por la Dra. Lisa Feldman Barrett, una destacada neurocientífica en este campo. Al desentrañar la naturaleza de las emociones y su construcción en el cerebro, los empresarios y emprendedores pueden mejorar la experiencia del cliente, desarrollar estrategias de marketing más efectivas y fomentar un ambiente de trabajo más empático y productivo.
La teoría construccionista de las emociones, propone que las emociones no son respuestas automáticas a estímulos, como sugiere la visión clásica, sino que son construidas activamente por el cerebro. Según esta teoría, las emociones son el resultado de mecanismos cerebrales generales que también construyen pensamientos, memorias y percepciones.
La Dra. Lisa Feldman Barrett explica que el cerebro está constantemente regulando el cuerpo y utilizando experiencias pasadas para anticipar lo que sucederá a continuación. Estas predicciones preparan el cuerpo para responder y, a su vez, moldean nuestra percepción de los eventos. En lugar de reaccionar de manera automática a los estímulos, el cerebro predice y crea una narrativa sobre lo que está ocurriendo en relación con el mundo exterior, utilizando el conocimiento adquirido del pasado.
Las sensaciones físicas en el cuerpo, como un cambio en la frecuencia cardíaca o en la respiración, no tienen un significado psicológico inherente. El cerebro interpreta estas sensaciones en función del contexto y de experiencias pasadas para crear emociones. Por ejemplo, si sentimos nuestro corazón acelerado antes de una entrevista, podemos interpretarlo como ansiedad; sin embargo, esos mismos síntomas podrían ser interpretados como «estar emocionado» antes de una cita. Así, las emociones son construcciones contextuales del cerebro, combinando datos sensoriales del mundo exterior con recuerdos reconstruidos.
Comprender que las emociones son construidas por el cerebro y no simplemente reacciones automáticas tiene implicaciones significativas. Nos convierte en arquitectos de nuestras experiencias, permitiéndonos influir en cómo percibimos y reaccionamos ante el mundo. Aunque no siempre podemos cambiar nuestras experiencias pasadas, podemos cultivar nuevas experiencias en el presente que reconfiguren nuestras predicciones futuras y, por ende, nuestras emociones y comportamientos.
La Dra. Feldman señala que entender esta construcción de emociones es crucial para abordar problemas como la depresión. Por ejemplo, en la depresión, el cerebro puede creer que hay un problema metabólico en el cuerpo y reducir actividades para ahorrar energía, lo que lleva a síntomas como fatiga y falta de concentración. Comprender esta dinámica permite tratar las emociones de manera más efectiva, proporcionando un marco para intervenciones más precisas y personalizadas.
Existen varios mitos sobre las emociones que es importante desmentir:
1. Mito: Las emociones están preprogramadas en el cerebro desde el nacimiento y son universales entre todos los humanos.
Realidad:Las emociones no están preconfiguradas ni son universales. Cada cerebro humano construye emociones utilizando experiencias pasadas y el contexto actual.
Impacto del Mito en Marketing: Una empresa de productos de lujo lanzó una campaña global basada en una narrativa triste que tuvo éxito en Europa, pero fracasó en Asia, donde la interpretación emocional de la campaña fue diferente debido a variaciones culturales.
2. Mito: El cerebro produce emociones de manera reactiva.
Realidad:El cerebro no reacciona simplemente a los estímulos; predice y prepara respuestas basadas en experiencias pasadas.
Impacto del Mito en Marketing: Una empresa de alimentos saludables utilizó imágenes de comidas ricas para generar antojos, pero no tuvo en cuenta que muchos consumidores asociaban esas imágenes con malas experiencias de salud, resultando en una campaña ineficaz.
3. Mito: Las emociones son causadas por una lucha entre la parte racional y la parte emocional del cerebro.
Realidad:Las emociones no son el resultado de una lucha interna entre partes del cerebro. Son producto de la regulación constante del cuerpo por parte del cerebro, utilizando conocimiento y experiencias previas.
Impacto del Mito en Marketing: Una compañía tecnológica lanzó una campaña enfocada únicamente en datos técnicos de sus productos, sin tener en cuenta las experiencias emocionales previas de sus usuarios, lo que resultó en una desconexión con el público objetivo.
Las emociones no son simplemente reacciones automáticas a estímulos externos; son construcciones complejas del cerebro basadas en predicciones y experiencias pasadas. Esta visión moderna de las emociones, respaldada por una vasta cantidad de evidencia científica, desafía la perspectiva clásica y nos invita a reconsiderar cómo entendemos nuestras experiencias emocionales. Al reconocer que nuestras emociones son construidas por nuestro cerebro, podemos aprender a manejarlas de manera más efectiva y a comprender mejor las experiencias emocionales de los demás.
Entender cómo las emociones se construyen en el cerebro humano ofrece una base sólida para plantear si es posible crear un marco de referencia para que la inteligencia artificial tenga emociones. Basándonos en la teoría construccionista de las emociones de la Dra. Lisa Feldman Barrett, podemos explorar cómo estos principios podrían aplicarse al desarrollo de sistemas de IA que simulen emociones humanas.
La teoría construccionista de las emociones se fundamenta en los siguientes principios:
Podemos adaptar estos principios al desarrollo de la IA de la siguiente manera:
De manera simplificada, para que la IA tenga emociones, tendríamos que equiparla con una base de datos de experiencias simuladas para que «aprenda» y utilice algoritmos de aprendizaje predictivo para anticipar situaciones futuras y preparar respuestas. Además, podríamos diseñar un sistema de regulación interna que simule variables «metabólicas» virtuales, influyendo en las respuestas emocionales de la IA de manera similar a cómo el cerebro humano regula el cuerpo.
Es crucial reconocer las limitaciones y consideraciones éticas de este desarrollo. Las emociones en la IA serían simulaciones, no experiencias reales, lo que plantea preguntas sobre autenticidad y posible manipulación. Además, el uso de una IA emocional debe ser regulado cuidadosamente para asegurar la transparencia y evitar abusos. En resumen, aunque es posible crear una IA que simule emociones, debemos equilibrar la innovación con la responsabilidad ética.
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